La encía, sus partes y los tipos que podemos encontrarnos
La encía, sus partes y los tipos que podemos encontrarnos

La anatomía bucal se compone de variados elementos, más allá de la lengua o las piezas dentarias. Las encías, por ejemplo, son estructuras fundamentales de sostén, las cuales merecen ser valoradas si deseamos conservar nuestra salud oral.
Por esa razón, te explicaremos a continuación cada una de las partes que la conforman.
Tipos de encías
Las encías constituyen un elemento de tejido fibromucoso con revestimiento epitelial queratinizado que rodea la porción superior de los dientes, cubriendo hueso y raíz. Su función principal es mantener fijas las piezas dentales al alvéolo y en menor medida, protegerlas.
Estas, se dividen en 3 partes o tipos de acuerdo a su posición:
- Encía libre o marginal: se sitúa en el borde superior de la línea gingival, por lo que limita con los dientes. Normalmente, posee una anchura promedio de 1 milímetro y a simple vista podemos describir su color como un discreto rosa transparente.
- Encía insertada o adherida: corresponde a la región ligada al periostio a través de numerosas fibras conectivas, que recubre los procesos alveolares. Su ancho varía según las zonas de la cavidad bucal, siendo por lo general más amplia en el área de los incisivos que en la sección molar. Además, no suele ser vista en la línea de la sonrisa.
- Mucosa alveolar: es la fracción laxa que se encuentra en contacto con el periostio, localizada en el extremo de la línea mucogingival. Destaca por su relativa movilidad y su coloración rojo oscuro.
Hay que destacar que la unión entre las dos primeras partes conforma la papila interdentaria, mejor conocida como punta de la encía, cuya finalidad es, prevenir que los restos de alimentos entren en contacto con la zona interproximal y se produzca alguna infección.
Consejos para mantener encías sanas
Las enfermedades periodontales son un motivo de consulta sumamente frecuente, ocasionado en el común de los casos por cuidados bucodentales inadecuados. De tal forma que, recomendamos adoptar las siguientes medidas:
Practicar una rutina de higiene odontológica
El cepillado de dientes debe realizarse mínimo 2 veces al día, posterior a la ingesta de comidas. Además, aconsejamos que tenga una duración aproximada de 3 minutos.
Es importante que los espacios interproximales también sean limpiados, ya sea mediante irrigadores bucales, cepillos interdentales o hilo dental. Para después, finalizar con el enjuague que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Asistir a consulta
Los chequeos anuales con el dentista garantizan la salud de nuestra boca. No obstante, siempre es necesario acudir a consulta cuando se note algún cambio o molestia repentina en la encía. Dado que el tratamiento temprano es la clave para evitar el empeoramiento del cuadro.
De igual manera, si ya se tiene un diagnóstico de periodontitis, lo ideal es acudir semestralmente a las revisiones odontológicas, debido a su condición de patología crónica.
Optar por una alimentación equilibrada
Disminuir el consumo de azúcares simples contribuye a reducir la inflamación en todo el cuerpo, incluyendo la cavidad oral y sus estructuras. Asimismo, la ingesta de alimentos ricos en calcio y vitaminas B, C y K, ofrece fortaleza tanto a las piezas dentales como al tejido gingival.